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Tabaco y Corazón


El cáncer de pulmón es la cuarta causa de muerte general en México, debido a que el 98% de los casos se diagnostican en etapa avanzada, lo cual limita el tratamiento médico, señalaron especialistas.

Por si fuera poco, también es el factor de riesgo cardiovascular más importante, ya que la incidencia de la patología coronaria en los fumadores es tres veces mayor que en el resto de la población. La posibilidad de una dolencia del corazón es proporcional a la cantidad de cigarrillos fumados al día y al número de años en los que se mantiene este hábito nocivo.

Los investigadores han demostrado que el tabaquismo acelera la frecuencia cardíaca, contrae las arterias principales y puede ocasionar alteraciones en el ritmo de los latidos del corazón. Todo esto hace que el corazón se esfuerce más. Fumar también incrementa la presión arterial, que a su vez aumenta el peligro de accidentes cerebrovasculares en personas que ya tienen presión arterial alta. Hay dos factores por los que el tabaco produce una isquemia coronaria y provoca un infarto de miocardio(obstrucción total de paso de sangre por las arterias) y/o angina de pecho (disminución importante de paso de sangre por las arterias):

1. Nicotina.- Desencadena la liberación de catecolaminas (adrenalina y noradrenalina) que ocasionan daño a la pared interna de las arterias (endotelio), sube el tono coronario con espasmo, produce alteración de la coagulación, incrementa los niveles de LDL (colesterol malo) y reduce los de HDL (colesterol bueno). La concentración de nicotina en sangre depende más del grado de inhalación que del contenido de esta sustancia en el propio cigarro.

2. Monóxido de carbono.- Disminuye el aporte de oxígeno al miocardio, aumenta el colesterol y la agregabilidad plaquetaria (su capacidad de unirse y formar coágulos).

La nicotina fue identificada como una droga causante de dependencia a finales de los años setenta. Anteriormente, la mayoría de los organismos científicos consideraban el tabaquismo como un hábito y no como una adicción. En las últimas dos décadas se han acumulado los conocimientos sobre la dependencia del tabaco y en la actualidad se reconoce ampliamente que su principal causa es la nicotina. En 30 segundos después de la inhalación la nicotina llega al cerebro y genera una liberación de dopamina (entre otras), hormona que tiene propiedades gratificantes y causa la dependencia. La suspensión del tabaquismo causa un síndrome de abstinencia. Ello incluye diversas alteraciones, como cambios del estado de ánimo, signos y síntomas físicos, así como alteraciones bioquímicas y fisiológicas (irritabilidad, depresión, dificultad de concentración, agitación, insomnio, deseo imperioso de fumar, hambre, aumento de peso, etc.). Además, las úlceras bucales y el estreñimiento son reconocidos síntomas de abstinencia del tabaco. El deseo imperioso de consumo es uno de los síntomas que se describen con mayor frecuencia durante la abstinencia y predice con frecuencia la recaída. La mayor parte de los síntomas de abstinencia son de corta duración. Es característico que alcancen un máximo en los primeros días tras dejar de fumar y que vuelvan a unos valores basales en un plazo de 2-4 semanas. La excepción es el hambre y el deseo imperioso de fumar. La sensación de hambre continúa hasta que se ha estabilizado el peso corporal y el deseo imperioso de fumar puede persistir durante muchos meses después de dejar el tabaco.

Los fumadores con una mayor dependencia tienden a experimentar más síntomas de abstinencia. Además, los fumadores con más alto grado de dependencia de la nicotina son los que tienen un deseo de fumar más intenso y un mayor deterioro del afecto.

Efectos del tabaquismo en otras personas

Ningún grado de tabaquismo es inofensivo. Incluso las personas que fuman poco o que solo lo hacen de vez en cuando sufren lesiones de corazón y los vasos sanguíneos. Además, las mujeres que consumen tabaco y toman anticonceptivos orales y los fumadores que sufren diabetes corren un mayor riesgo de experimentar un ataque cardíaco y un accidente cerebrovascular. Cabe destacar el tabaquismo en la mujer embarazada que expone al feto a graves peligros:

- Riesgo superior de aborto espontáneo.

- Posibilidad de nacimiento prematuro.

- Disminución de peso del recién nacido.

- Malformaciones congénitas en el cráneo y el aparato urinario.

- Aumento del riesgo de muerte súbita del lactante. En madres que fuman más de 20 cigarrillos cada día, la incidencia puede llegar a ser siete veces más frecuente.

El tabaquismo en niños y adolescentes: el 21% de los menores de entre 10 y 12 años ha probado el tabaco. Los factores que explican esta temprana adicción son:

- Influencia social

- Familia y amigos fumadores

- Actitudes favorables ante el consumo

- Asociación de tabaco y alcohol con el placer

Los jóvenes que llegan a los 15 años sin probar el tabaco tienen muchas posibilidades de no adquirir la adicción al tabaco.


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